No había escrito porque no pensé tener nada interesante que contarles, y cuanto tuve algo interesante en realidad no tenía tiempo. Han pasado ya 5 meses de mi regreso de viaje y los cambios no se han dejado de dar, lo cual puedo asegurarles, ha sido una sacudida pero también una bendición.
Hoy quiero escribir sobre los riesgos, lo bueno, lo malo y lo que transforman ellos. Hace 4 meses, después de regresar de viaje y sentir no encajar en mi Queretarock, tome la decisión de agarrar mis maletas, mi carrito y dirigirme al sur, para ser más exactos a Tulum, a quitarme una espinita que traía guardada durante mucho tiempo. Y es que la verdad no tenía Nada (literal) que perder, y ya habiendo entrando en el calor de los cambios y aventuras y riesgos, dije: por qué no? Y ahora se por experiencia que la vida siempre debería está llena de ¿Por ques no? (Eso se ve medio raro jajaja, pero me entienden, no?)
Durante todos mis años viviendo en Querétaro, siempre había sentido miedo de buscar un trabajo en otro lugar, no sabía si podría adaptarme o si extrañaría a mi gente o si me sentiría demasiado sola, después de todo sigo siendo una persona introvertida y callada pero en menos de un año aprendí que tampoco soy quien creía ser. Pensé que no era adaptable y que no me podía relacionar fácil con la gente y en Tulum fue cuando más claro me quedo que eso no es cierto.
Tulum fue una aventura diferente al viaje, pero en verdad fue una aventura más chistosa, más difícil y de mayor autoconocimiento. Fue un balde de agua fría , pero agua de mar y cenotes! Jajajaja , un agotamiento físico lleno de felicidad y risas y estrés que definitivamente valió la pena.
Como es Tulum? Es un paraíso y es una burbuja y los que vivimos en ella durante un tiempo tenemos la fortuna de recibir eso especial que no se puede describir exactamente, pero que te hace ver que la naturaleza realmente te da más felicidad y te hace necesitar menos cosas. Creo que es un paraíso para los inadaptados jajajaja, no digo que toda la gente que vive ahí es inadaptada, pero sí creo que habemos muchos que cuando llegamos nos damos cuenta de que estamos entre los de nuestra especie.
Cuando recién llegue viví en hostales durante un tiempo, bajando y subiendo mis maletas del coche cada que cambiaba de hostal. Curiosamente me di cuenta de que lo único que necesitaba realmente se encontraba en mis 3 maletas ( de tamaño mediano), inclusive olvide las cosas que quedaron en Querétaro jajaja. Compartía baño con chicas desconocidas, sostuve conversaciones con mucha gente diferente a lo largo de mi estancia en diferentes hostales, escuche muchas historias de vida y recibí muchos actos de compasión de 3 chicas brasileñas fiesterisimas mientras estuve enferma de Zika tirada en mi cama en el hostal.
Así como lo leen, me dio Zika después de Navidad 😂😂😂, y conocí lo que es estar enferma en un lugar desconocido, totalmente incomodo y en soledad 😂😂😂 y conocí lo que es ir a trabajar cuando apenas te puedes mover porque te duele el cuerpo hasta al parpadear, porque si no vas no te pagan y no te puedes dar el lujo de perder un día de pago porque estás totalmente en banca rota 😂😂😂😂😂. Me río porque ahora sé que no cambiaría nada.
Trabajé en un hotel de súper lujo, ganando 3 pesos y descansando solo 1 día a la semana a mis 35 años jajajaja, sin embargo me sentía feliz. Mi cuerpo me pedia descanso pero mi corazón y mi cabeza me decían todos los días que nunca me había divertido tanto en un trabajo. En mi trabajo encontré gente tan valiosa que los extrañare inmensamente hasta que los pueda volver a ver.
Recuerdo perfecto que la primera persona con quien hice click fue Maggie, una chica que al igual que yo había regresado apenas de viaje y había decidido quedarse en Tulum, compartimos muchas historias en común, historias de amor y desamor y muchas risas también. Nunca olvidare sus ojotes inmensos y lo increíble que se veía siempre peinada con sus trenzas, sus cantos desentonados que me mataban de risa, sus ataques de limpieza y orden 😂😂😂, verla darle durísimo a la bici y lo tierna y cabrona que es al mismo tiempo jajajaja.
Después conocí a Andrés, probablemente la persona más amable que conozco, tiene una vibra muy especial, una vibra de una persona que está completamente en contacto con la naturaleza, un niño juguetón, adicto al incienso jajaja, cuya felicidad es ir al mar y a los cenotes y no solo eso, es su pasión y se le iluminan los ojitos cuando habla de ellos. Era quien más me hacía bromas y me molestaba, 😂😂😂😂 pero me hacía sentir especial cuando me contaba sobre sus preocupaciones o inquietudes porque me hacía ver que confiaba en mí.
Y luego estuvo James, un pelirrojo que enamora. Cuando recién lo conocí jure que era el tipo de niño chismoso y lioso, y pensé que tendría que cuidarme de el. Al poco tiempo me di cuenta de lo equivocada que estaba, que es el tipo de persona que nunca habla mal de nadie, que ama pasarla bien y ama conocer gente, que nunca tira mala vibra y se siente mal cuando las circunstancias lo llevan a ese punto, pero se recupera rapido y pasa a la siguiente hoja. Me hacía reír como pocas personas y siempre disfrute el tiempo que pase con el, aunque fueran momentos estresantes en el hotel.
Sin duda los 3 hicieron mi estancia en Tulum súper feliz y me enseñaron a relajarme y me enseñaron a admirar las estrellas, que es algo que definitivamente no aprendes cuando vives en la ciudad.
También estuvo Arturo, hermano de mi amigo Mario y cuya locura es contagiosa. Arturo te hace cuestionarte sobre la vida, te hace reflexionar con sus teorías, te invita a soñar y hace querer estar loquito como el. No conozco a alguien con un cerebro tan lleno de ideas e imaginación como el. Es un personaje y todos deberíamos conocer a alguien así alguna vez en la vida para darnos cuenta de que la locura es una bendición.
Obviamente estuvo siempre mi hermano, mi otro corazón, Mario. Pasamos momentos súper difíciles juntos y no nos hundimos, seguimos a penas a flote y la vida nos vuelve a separar físicamente, de nuevo agarramos rumbos diferentes pero nos sabemos presentes en cada momento. Le debo mucho y siempre estaré en deuda con él por motivarme a hacer un cambio, por invitarme a la aventura y por siempre darme su confianza.
Y bueno también estuvieron Jéssica, Caro, Chava, Dani C., Daniela, Mariano, Pepe y Yun, la gorda, Alicia, las Anas, Sam... Muchas personas que me regalaron buenos momentos y muchas sonrisas.
Tulum me enseñó que el que no arriesga no gana y menos aprende, y por ganar no me refiero a lo material, obviamente no gane nada material jajaja, regreso igual de pobre jajajaja, pero gane experiencia, y gane amigos nuevos y me deshice de muchos miedos y aprendi que no soy quien yo pensaba. Me puso muchas pruebas, y no las pase todas pero lo intente. Sé que él hubiera no existe y que por esa razón hay que arriesgarse, nunca me preguntare "que hubier pasado si..."
En Tulum aprendí que no siempre necesitas todo lo que tienes, pero lo que sí tienes hay que cuidarlo y respetarlo como a la familia, los amigos y los momentos que se quedan grabados en tu cabeza, y aprendí que cuando estas lejos los amigos se convierten en tus hermanos y confías en ellos aunque implique un riesgo y SIEMPRE te vas a sorprender.
Aprendí lo que es disfrutar las estrellas, lo relajante que es escuchar el movimiento de las olas, lo que es perder el aliento al ver el color turquesa del mar, aprendí que como dice mi amiga Maggie, el mar limpia y cuando tienes muchas preocupaciones o ganas de llorar la vista te distrae por un momento y dejas de pensar y disfrute de la paz que te da el silencio de las lagunas escondidas entre la jungla.
Ahora suspirare cuando piense en Tulum, recordando al pequeño paraíso bicicletero que me regalo tantos retos, amigos, risas y de vez en cuando tristezas y que fue testigo de un reencuentro tan esperado con el que aprendí a disfrutar de cada momento porque por más que quieras que duren para siempre, pasan y no queda más que atesorarlos.
El mensaje es, siempre arriésguense, es cierto que muchas veces se tiene mucho que perder, pero también es cierto que nunca se pierde realmente porque siempre se ganan recuerdos, aventuras y experiencias y sobre todo, valor y coraje.
Regresé a Querétaro pues se acabó mi tiempo en este bellísimo lugar, pero sé que nos volveremos a ver pronto. Me traje de souvenir mil sonrisas y algunas lagrimas pero sobre todo me traje un corazón lleno. Ame vivir en Un pueblito que definitivamente es mágico y quién sabe, quizá algún día esté lista para vivir en otro pueblito cerca del mar, uno nunca sabe, después de todo el mar guarda muchos secretos de todos los que hemos vivido en la playa por una corta o larga temporada.
No me pregunten que sigue porque ni yo lo sé, jajajaja, pero lo que sí sé es que deseo que todos algún día se arriesguen a hacer aquello que más miedo les da hacer, porque por enésima vez en menos de un año he visto que el miedo no es real.
Gracias Tulum, te voy a extrañar!
Les deseo como siempre a todos mucha luz, buena vibra y mucha felicidad! Los veo pronto! Y ojalá algún dia puedan visitar Tulum.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario