martes, 9 de agosto de 2016

Buda dijo: "El problema es que crees que tienes tiempo". Y pues si, aplica para todo, la vida en general que se pasa como un suspiro y los meses pre viaje que también se me pasaron volando. 
Estos últimos días han sido bastante ajetreados y tengo que admitir que mis amigos hicieron muy bien su trabajo de mantenerme calmada con sus múltiples invitaciones a beber, con el pretexto de "despedirme" (solo me voy un par de meses); al parecer el mezcal es bueno en situaciones de pánico, pero también funciona la cerveza y el whisky. Creo que me llevaré una botellita en la maleta por si acaso. 
Confieso que estoy muy nerviosa, pero lo sorprendente ha sido el apoyo que he recibido de mi gente. Por alguna extraña razón los que me conocen no están precisamente sorprendidos de mi decisión de lanzarme a la aventura y tengo la extraña sensación de que he plantado en algunas personas una semillita de reflexión (disculpen las molestias que esto les ocasiona), espero no decepcionarlos. 
Lo que si puedo decir es que me siento justo como cuando estaba a punto de hacer skydiving. Mi amigo Mario y yo teníamos todo el santuario de mariposas monarcas en el estómago y obviamente el miedo nos invadía, pero una vez en la avioneta ya no había vuelta atrás. Quiero pensar que el viernes que llegue al aeropuerto de Phnom Penh será lo mismo y me daré cuenta de que ya no hay vuelta atrás y que como mucha gente dice el miedo no es real. Mientras tanto solo me queda recordar que "no hay nada que pueda perder, que no pueda hacer, que no pueda amar ..." Jajaja que cursi pero con algo tenía que empezar el blog. 
   

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