miércoles, 21 de septiembre de 2016

Y el voluntariado?

Hola a todos! Espero que estén muy bien y que les hayan gustado mis posts sobre el Reino de Camboya. 

Ya pasaron 5 semanas y es tiempo de partir para Indonesia, pero tengo cosas pendientes por contarles. Una de mis amigas me pidió que les contara sobre el voluntariado y aunque sé que es a lo que vine originalmente, no me parecía conveniente contarles sobre esta parte, pues no pensé que les pudiera interesar y por otra parte hay varias razones por las que me reseve un poco este tema. Les platico... 

Unas semanas antes de venir, uno de mis mejores amigos me mando un link por Facebook que contenía un artículo sobre los aspectos negativos del voluntariado. Mencionaba por ejemplo, que muchas veces aunque los niños si tienen papas, es más fácil mandarlos a orfanatos para que cuiden de ellos, o también mencionaba lo triste que es para los niños porque sufren una pérdida cada que se encariñan con un voluntario y después éstos se van. Este articulo me dejó un poco preocupada, pues no había investigado nada de esto en la organización IVHQ y ya había pagado mi programa y mi vuelo, así que solo me quedó desear que ninguno de los puntos que se tocaban en el artículo fueran el caso de mi voluntariado. 

Por otra parte en los meses previos a mi viaje, escuche muchos comentarios que me hicieron respecto a mi decisión, en su mayoría buenos comentarios. Muchos de estos sobre lo valiente que era, o lo orgullosos que estaban de mi mis amigos, o sobre lo noble y desinteresada de mi persona al llevar a cabo este proyecto que tenía en mente desde hacía años.  Bueno pues en lo que a mí respecta, mi "buena obra" comenzó como un acto completamente egoísta, pues YO quería sentirme mejor conmigo misma, YO quería sentir  que aporté algo al mundo y  quería cultivar un mejor karma para MÍ. Así que como pueden ver, ni soy tan noble ni tan desinteresada. 

Honestamente desde un principio lo vi como un beneficio para MI solamente y no creo que esté mal, pues a fin de cuentas todos buscamos nuestra propia felicidad y hacemos lo que creemos necesario para obtenerla. Lo que sí les puedo decir es que este acto completamente egoísta poco a poco se fue convirtiendo en acciones que ya no se trataban de beneficiarme a mi, en este voluntariado ya nada se trataba de mí y mi necesidad de auto aceptación, se trataba de otras personas que necesitaban ayuda. 

Ahora me doy cuenta de que si es un tema que vale la pena contar y quizá sea un poco largo, pero espero les guste. Este post lleva dedicatoria, a mis amigas Bren y Sil, quienes saben el esfuerzo y sacrificio que implica cuidar a una persona que no se puede valer por sí misma. También lo dedico a mi primo Dany y a los niños del orfanato. 

El orfanato se llama National Borei for Infant and Children y es un lugar que alberga a aproximadamente 150 niños huérfanos con necesidades especiales, incluyendo niños con VIH (estos últimos son cuidados exclusivamente por mujeres ya designadas) 
Estos huérfanos van desde los 6 meses hasta los 31 años. Y las necesidades de cada uno son completamente diferentes. Hay niños con Parálisis Cerebral, distrofia muscular, síndrome de Down, autismo, etc. 

El primer día que llegue, desde la reja de la entrada principal me llego un olor muy fuerte a orines (así masomenos como huele Chatelet en París, pero más fuerte) En ese momento me comenzó a entrar la preocupación, pensé, seguramente tendré que cambiar pañales, pero está bien, ya se los he cambiado a mi sobrino, no creo que haya problema, solo pensaba, espero no me embarren de pipi, imagínense, yo que odio que mis manos huelan a cebolla o a taco, ajajajaja, ahora oliendo a pipi?!!! 

Me dirigí a la oficina de la Directora, una señora a la que me evitare la pena de describir, pues simplemente no se merece estar en mi post. En fin, me dijeron que estaría en el cuarto de juegos de los niños grandes. Estaba un poco decepcionada, pues deseaba que me tocara en el salón de fisioterapia, pero de acuerdo con mi entrevistadora, mi falta de experiencia en el tema no me permitía estar en ese salón. (Al parecer ir a fisioterapia seguido no cuenta como experiencia, jajaja) Después me enteré de que ninguno de los voluntarios en dicho salón tenían nada que ver con ser "fisioterapeutas". 

Me mostraron todo el orfanato, el cual es enorme, pues no sólo los niños viven ahí, también las personas que los cuidan, en algunos casos familias, tienen en el orfanato su residencia permanente. Al final del recorrido me dejaron en el que sería mi grupo. 

Al entrar había 3 maestras cantando mientras hacían muchísimo ruido con botellas de plástico llenas de colores, y 3 franceses (2 chicas y 1 chico de 23 años) les hacían segunda. La mayoría de los niños estaban sentados en sillas de ruedas y solo 2 en sillas normales. No eran bebes, había un par que se veían como adolescentes. Creo que cuando una persona "normal" se ve frente a una persona discapacitada, la mayoría de las veces hay un sentimiento de incomodidad, creo que inclusive se siente un poco de miedo y no les puedo explicar por qué, sin embargo yo también lo sentí, a pesar de tener familiares con discapacidades. 

Creo que los franceses vieron mi reacción, y aunque trate de sonreír, mi cara de impresion fue bastante obvia. Observe durante un rato. 
Las maestras, o como se les llama en el orfanato "mamas" seguían cantando y haciendo ruido, todos aplaudían y yo con mi cara de idiota, pues me incorporé y comencé a  aplaudir. Todos cantaban canciones en Camboyano, y jure que los franceses llevaban meses ahí, pues según yo las estaban cantando, aunque ya después me enteré de que solo llevaban ahí 2 semanas y que no sabían las canciones, solo las washawasheaban. 

Después de un rato el el chico francés salió de la habitación con una cubeta pequeña y regreso con la misma llena de agua. Las chicas francesas comenzaron a lavar las manos de los niños, mientras que las mamas partían fruta para el snack de la mañana. Ayudé a darles de comer y fue raro, no sabía si se podrían ahogar o si había alguna manera especial de alimentarlos, pero después de un rato me di cuenta de que todos podían comer, excepto Sok (uno de mis favoritos) quien solo come arroz pues es lo único que le gusta. (así como yo con los nopales o los jitomates o la avena, jajaja los que me conocen saben a lo que me refiero). 
 
Después del snack tocaba lavarles los dientes, los franceses me invitaron a ayudarlos y me mostraron un separador de Zapatos colgado en la pared que contenía en cada bolsa el nombre del niño, así como su respectivo cepillo. Me señalaban al niño dueño del cepillo mientas me repetían el nombre, tarde 2 semanas en aprenderme todos los nombres. No fue tarea fácil cepillarles los dientes, algunos se dejaban fácilmente, otros simplemente no abrían la boca, otros lloraban mientas las mamas  los acostaban en los tapetes para maniobrar mejor, otros pensaban que era un juego y mordían el cepillo tan fuerte que era imposible cepillarlos. Una vez que terminamos era hora de sacarlos al patio principal, en donde había columpios y otros juegos. 
El chiste era que los niños salieran y pasar un rato uno a uno con el voluntario. Siendo tantos huérfanos obviamente nunca tienen la atención completa de quienes los cuidan, por lo que les encanta que los voluntarios les den su tiempo solo a ellos, aunque sean unos minutos, y es muy obvio que saben que es momento de salir, pues los que podían comenzaban a perseguirme por el salón tratando de tomar mi mano para que les habriera la puerta. Era una escena de The Walking Dead (suena medio mal pero les juro que así lo viví el primer día). Tome a un niño pequeño, Davith de 6 años y el chico francés me dijo que le gustaba el columpio. Así que salimos, mientras observe que los franceses sacaban a los jóvenes en sillas de ruedas, eran 4: Ty, Roth y Paña hombres y Bopha mujer. 

Ty y Bopha, con parálisis cerebral y Roth con distrofia muscular tienen 18 años; Paña también con distrofia tiene 25 y, aunque solo el y Roth hablan bien, los 4 entienden perfectamente todo lo que pasa, inclusive saben algo de inglés. Estos cuatro disfrutaban mucho la compañía de los franceses, pues al ser jóvenes supongo que se sentían incluidos en un grupo, se acomodaban en una esquina con bancas y los franceses les ponían música moderna (no canciones para niños) y les prestaban sus lentes de sol, platicaban, les enseñaban sus iPhones, Facebook, fotos, dibujaban y en ocaciones daban la vuelta a la pista que rodeaba él área de juegos. A Bopha le encantaba que le pintaran las uñas, las francesas la peinaban también y le prestaban sus pulseras. Su discapacidad no le quitaba el hecho de que es una chica de 18 años completamente consciente de todo. 

   
(Ty)

       
      (Paña).                                       (Roth)

Mientras tanto yo seguía con Davith, el pequeño tiene algún tipo de retraso mental, y aunque luce como un niño "normal", no habla y le gusta jugar con las manos en el agua. Tiene una fascinación por observar cómo las gotas de agua caen de una mano a otra. Es un niño encantador, pero tremendo, lo perseguí varias veces pues salía corriendo y él es un niño al que no debe dejársele solo. Me derretía cada vez que me tomaba la cara con sus manitas solo para acercarme a él y sonreírme. 

 
   (Davith)

El mismo día saque también a Komsan (niña) a quien no podía quitarle la vista ni un segundo, pues le encanta comer y toma del piso lo que se encuentre y se lo mete a la boca, plástico, colores etc. Es gordita y muy pesada y muchas veces simplemente se sienta en el piso y rehúsa a moverse. En ese momento me di cuenta del esfuerzo físico que requería la chamba. También el mismo día saqué a Sopeak (niño) quien tiene un tipo de parálisis y me recuerda mucho a mi primo Dany. 

Después de 2 horas en el patio de juegos teníamos que regresar al salón, pues era casi hora de llevar a los niños al lunch, pero antes se les reunía a todos y se les sentaba para cantarles un tipo de canción de despedida. Posteriormente se les dirigía a los comedores en donde después de darles de comer a los que no podían solos, se les cambiaba el pañal (de tela) o se les llevaba al baño a aquellos que sabían ir solos. 

Después del descanso de 2 horas regrese al salón y me encontré con varios niños diferentes. Los franceses me explicaron que los niños que necesitan terapia física se turnan, unos por la mañana y otros por la tarde. Hicimos exactamente lo mismo. Cantar, lavarles las manos, snack, cepillado de dientes y salir a jugar, estaba tan cansada que solo recuerdo que por la tarde saque a Ser Hua (niña), tiene 20 años y algún tipo de retraso, es muy sonriente y linda y le encantan los columpios e imitar a los adultos en actividades como empujar las sillas de ruedas, mecer a algunos niños en las hamacas y sostenerles las manos y la cabeza cuando no querían lavarse los dientes. Debo confezar que me caía gorda cuando "me ayudaba" a lavarles los dientes a algunos de los niños, pero cuando se trataba de que ella se lavara los dientes se ponía súper rejega 😒. Además fue la niña que me pisó justo el pie que me lastimé antes de venir a Camboya, así que le huía un poco pues es alta y pesada, y me daba un poco de miedo que me volviera a lastimar. 
  
El primer día acabe molida, hice mucho esfuerzo físico y al salir aún estaba un poco en shock. Tenia oportunidad de cambiarme a ayudar con los bebes, pero la cara de la Directora cuando me asignó al salón (como retándome) y la cara de los franceses cuando me vieron interactuar con los niños por primera vez (cara de desaprobación) me hicieron desistir y decidí quedarme en el salón de los niños grandes. 

Así pasaron un par de semanas y poco a poco me fui acostumbrando a los niños. Me aprendí sus nombres, lo que les gustaba hacer, sus reacciones a ciertas cosas. Aprendí a lavar los dientes de niños que no se dejan jajaja. Me acostumbre a los olores y a las secreciones (mocos y babas) y comencé a preguntarme qué sería de los pequeños cuando crecieran, que sería de los grandes, que sería de los jóvenes con parálisis y con distrofia? Comencé a admirar cada dia más a las mamas y a las familias que cuidan a los niños, pues se notaba y se sentía que lo hacían con convicción y con amor, es decir, se veía que realmente disfrutaban de cuidar, entretener y enseñar a los niños. 

 
(Pool day! Único día de la semana en que se les bañaba bien) 

Me parecía impresionante ver cómo inclusive cuando alguien se hacía pipi, se reían y corrían por el trapeador y se apresuraban a cambiar su ropa. Cuando alguien tiraba el agua o la leche igualmente sonreían. Tengo que decir que me sentía completamente idiota cuando alguno de los niños bajo mi cuidado, se hacían pipi o tiraban algo, sin embargo las mamas no me juzgaban, se reían conmigo y me ayudaban a limpiar. El idioma no era barrera para cuidar a estos pequeños, aunque la mayoría de las mamas no hablan inglés nos hacíamos entender, me daban indicaciones y yo las seguía. Los franceses me ayudaron mucho, estos veinteañeros me hicieron darme cuenta de que no todo está perdido en el mundo. Se les veía el cariño genuino que sentían por los niños y hacían las cosas con gusto. Aún recuerdo que el primer día después de cantar la canción del Old McDonald me invitaron a cantar otra canción, a lo que respondí -yo no sé cantar- y su respuesta fue, -a ellos no les importa si cantas mal, no tengas miedo de parecer tonta, en serio, a ellos no les importa-. 

Ese comentario fue como un sape, un despierta! A que carajos vienes si no es a ayudar!, así que después de un rato de pensarlo, les enseñe la canción favorita que mi sobrino, 5 little monkeys y después de unas semanas hasta me aventaba algunos palomassos con el micro del karaoke, a los niños les encantaba, obvio eran canciones para niños.  A Bopha le encantaba señalarme para que cantara y cuando terminaba levantaba su dedo gordo en señal de aprobación 👍🏻.  Fue toda una experiencia lo de la cantada pero definitivamente no estoy lista para concursar en la Voz México. 
Me tocó ver cuando los franceses se despidieron de los grandes, Ty, Bopha y Roth lloraron mucho, sabían que probablemente no volverían a ver a los amigos franceses que los cuidaron durante 4 semanas. Fue una escena muy triste, yo paseaba mientras tanto a Paña en su silla de ruedas y cuando él vio esto me dijo: -you go home? Thank you!, mientras me dio su mano para agradecerme. Pensaba que yo también me iba, y cuando le dije que aún no me iba me dijo; -oh, good, thank you- y seguimos caminado.
 
Me di cuenta de lo triste de la realidad de estos cuatro jóvenes, completamente lúcidos y conscientes pero presos de su propio cuerpo. Algunos días observaba como se deprimían, como se aburrían por tener que cantar las mismas canciones bobas para niños pequeños, sin embargo sonreían y cantaban. Quizá eran mentes brillantes atrapadas en cuerpos inservibles e incontrolables, pero eso nunca lo sabré, pues no había nadie que los enseñará a leer o escribir, simplemente no había tiempo y no había personal suficiente. El solo hecho de mostrarles mis fotos o mi Facebook cuando me lo pedían me hacía sentir mal, no sabia si enseñarles mi vida los deprimiría más. Bopha fue una gran revelación para mí, una niña que quería ser bonita a pesar de su condición, le gustaba ver a los bebes, le gustaba ver novelas y probablemente soñar con el príncipe azul, con la gran diferencia de que muy probablemente nunca tendría la oportunidad se salir a buscar estas cosas por ella misma. Le tome un cariño muy especial y todos los días le repetía que era la niña más bonita mientras le ponía flores en el cabello. Aún así nunca quiso comer galletas porque no quería engordar y nunca me dejo tomarle foto.

Después de ese día me preguntaba constantemente si mi despedida sería igual de triste y sabía que no podía apegarme a ninguno de ellos, pues además era lo que la organización recomendaba. Tenía que asegurarme de pasar tiempo con todos los niños para no encariñarme con alguno en particular (demasiado tarde) y aunque no sentí particular apego por ninguno, si sentía más cariño por unos que por otros. 

Después de la partida de los franceses, que por cierto estaban con otra organización, me quede sola un par de días con las mamas y los niños. Fueron días de mucho trabajo, pues aunque llegaban nuevos voluntarios, la mayoría querían estar con los bebes, o en el grupo de fisioterapia. Pasaban medio día con mi grupo y después pedían su cambio 😢, por lo que nos tocaba atender a los niños solo a las mamas y a mí. 
Por fin llegó otro grupo de franceses, y como me habían dejado tan buena impresión los anteriores realmente pensé que los nuevos serían parecidos, jajaja pero no, fueron todo lo contrario. Igualmente 1 hombre y 2 mujeres, solo que no crearon ningún lazo con ninguno de los niños, ayudaban muy poco y cuando lo hacían tenían cara de disgusto, nunca querían cantar ni jugar. Inclusive cuando sacaban a los grandes en sus sillas de ruedas se iban a unas bancas a platicar entre ellos mismos sin interactuar con los niños mientras aprovechaban para tomar el sol. Fueron todo un fiasco, pero en realidad no los puedo juzgar, me queda claro que este tipo de voluntariado con personas con necesidades especiales definitivamente no es para todos, bueno el voluntariado en general no es para todos y eso no los hace malas personas, aunque en verdad yo deseaba que ya se fueran, pues no aportaban nada. 

Fue con la llegada de estos franceses nuevos y con la llegada de mis nuevas roomates australianas que me di cuenta de que No todos los voluntarios eran lo que yo esperaba. Hay quienes lo hacen por turistear y que les sea más barato, hay quienes lo hacen por decir que fueron voluntarios, hay quienes lo hacen por postear fotos en Facebook, hay quienes lo hacen obligados por sus padres o escuelas y hay quienes tenían todas las buenas intenciones del mundo pero simplemente no pudieron con el reto al ver tan cruel realidad. Lo que estas personas no entendieron, es que nunca se trató de ellos, se trataba de estos niños que necesitan ayuda, necesitan amigos y necesitan cariño. Creo que hasta cierto punto yo sí lo entendí, no sé si por completo, probablemente no, pero de que aprendí algo, de eso si estoy segura. Después de unas semanas me di cuenta de que mientras estaba con los niños no pensaba en otra cosa que no fueran ellos, estaba presente 100% en el momento. Aún cuando yo misma olía a pipi por cargarlos o cuando mi ropa estaba llena de babas no lo notaba hasta que llegaba a mi casa y pensaba, por lo menos me puedo bañar yo sola. 

Me sentía preocupada pensando que sería de los niños si ningún voluntario quería quedarse en ese grupo, quien ayudaría a las mamas, pensaba que debí haberme suscrito para quedarme más tiempo. Por fin en mi última semana llegaron dos niñas Belgas de 18 años, ambas mis roomates nuevas y fue impresionante ver cómo interactuaron con mi grupo, no tenían cara de miedo, ni incomodidad, ni asco. No necesite pedirles que cantaran ni que ayudaran, lo hicieron de manera natural mientras sonreían, hacían preguntas y me pedían que les repitiera los nombres, inclusive washawasheaban las canciones en camboyano así como yo lo hacía cuando las mamas cantaban. Fue lindo saber que siempre había alguien que si estaba dispuesto a ayudarlos aunque no lucieran tan lindos como los bebes. 

Mi último día fue triste, Roth, Paña y Ty estaban muy tristes y Bopha lloro muchísimo, yo solía pintarle las uñas y ponerle flores en el cabello así que supongo que era natural, le dijo a las mamas que se quería ir conmigo a México, y Paña me decía: -you work here-. Roth me abrazo muy fuerte y me preguntó por qué no lloraba, no supe qué decir, ni siquiera yo sé por qué no lloré, supongo que por una parte sabía que se acabaría, por otra parte ya quería irme de Camboya, otra parte estaba contenta de saber que había hecho algo que hacía mucho tiempo quería hacer, sabía que algo había cambiado en mi pero aún no logro descifrar qué. Las mamas me escribieron una carta de agradecimiento y me abrazaron, son mis heroinas y les agradeceré siempre lo que aprendí de ellas. Me despedí sin promesas, pues si bien sé que en México las promesas no significan nada, no estaba segura de si en Camboya significan algo, pero supongo que si, pues son budistas en su mayoría y no quería prometer algo que no sé si pueda cumplir. Aunque me gustaría regresar sé que en México me espera mi vida de adulto y no sé si está me permita regresar. 

 

No les puedo contar exactamente todo lo que aprendí, pues fueron muchas cosas y este post ya se alargó jajaja, además aún no asimilo todo, pero créanme que si era algo que necesitaba hacer y me siento afortunada de haberlo hecho. Fueron 5 semanas de muchos retos en todos los aspectos y me siento orgullosa de haberlo logrado. 
 
 

Ahora tocaba cerrar mi estancia en Camboya con broche de oro, así que el último fin de semana me dirijo al proyecto Modukury para ver a los elefantes. Pero de esto les contare en el prox post. 

Por lo pronto espero que este les haya gustado. Resumí muchas cosas pues no los quería aburrir pero si quieren sabe más me pueden preguntar sin problemas. 
Mientras tanto me despido deseándoles mucha luz, buena vibra y mucha felicidad. Hasta la próxima!! 

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