miércoles, 21 de septiembre de 2016

Dora la Exploradora o Mowgli en entrenamiento???

Kiubo gente!? Pensaron que los dejaría en suspenso tanto tiempo? Jajaja pues No! 

Les cuento que ando un poco triste, pues Bali hasta ahora no ha sido lo que esperaba (ya después les cuento) y como escribir el blog me pone súper contenta pues mejor les escribo para contarles el dramático final de esta aventura Camboyana. 

 

Como ya les platiqué en el post anterior, pasé la noche en una choza en la selva después de ver a los maravillosos elefantes. Al siguiente día nos despertamos  a las 7 am para poder desayunar los tan prometidos pancakes de plátano con nutella y salir a conquistar la montaña a las 8. Yo decidí darme un regaderazo con agua fría para despertarme. Me tomo creo que solo 5 min , pues el agua era demasiado fría, pero mi temperatura se regularizó con el café tan rico que nos sirvieron junto con los pancakes. Estuvo bastante bueno el desayuno, solo podía pensar en si sería mi última comida, de ser así no estaba mal, aunque hubiera preferido una hamburguesa de ultima cena jajajaja. 

 

Después del desayuno, nuestro guía Krim (de 41 años) nos indicó que tomáramos dos botellas de agua por persona y nos dio un recipiente con arroz blanco para el lunch a cada uno, pues el trayecto duraría 8 horas! 😱. Nos recordó que no regresaríamos a la choza, pues el recorrido acababa en un pueblo de la montaña, así que teníamos que llevar todas nuestras cosas y asegurarnos de no olvidar nada. Antes de partir nos dio a cada uno un tronco delgado de bambú para apoyarnos, pues no pesaban nada y eran muy resistentes y al parecer los íbamos a necesitar. 

 
   
 
Krim

Mientras que las europeas iban súper equipadas, con zapatos especiales para Trekking y ropa deportiva, yo llevaba ropa que pensaba tirar después de la caminata. Mi amiga Mexicana a la que conocí en lo del voluntariado, me recomendó llevar ropa que ya no quisiera, me dijo que terminaría tan enlodada que sería casi imposible que quedara limpia. Así que disculpen la facha en las fotos, pero fue con toda la intención jajaja. Por otra parte, Krim, el guía, solo llevaba sus chachas, un pantalón que se veía de tela delgada y una camisa de manga corta. 

Emprendimos el viaje al tomar el mismo sendero que para los elefantes del día anterior. De nuevo el piso estaba resbaloso, a pesar de que no había llovido en toda la noche, seguia igual. Tomé con fuerza mi tronco de bambú y seguí caminando, o patinando más bien. El camino era de bajada y me resbalé varias veces pero no me caí. Era la última y me sentía un poco presionada para alcanzar a los demás, mi amiga Kerry me esperaba para que no me perdiera. Trataba de caminar lo más rápido posible, pero el piso resbaloso me impedía correr, así que decidí tomar las cosas con calma, aquí si aplicaba la de lento pero seguro. Creo que la velocidad de las europeas también se debía a que ellas ya habían hecho Treking antes, se les veía en el equipo que traían y la verdad estaban en muy buena forma. 

Habían pasado apenas 30 min y yo ya sudaba como nunca, además los moscos estaban con todo y el sudor no ayudaba a mantenerlos lejos. Caminamos durante masomenos una hora en pura bajada, yo me agarraba de lo que podía, no sólo del bambú, también de ramas y piedras, esperando que ninguna tuviera algún bicho camuflajeado que me fuera a picar. En algunas partes inclusive preferí bajar sentada aunque me enlodara toda, era eso o mi vida, jajaja, especialmente cuando bajamos por partes que eran orillas del acantilado. Después llegamos a una parte un tanto plana y expuesta al sol por lo que la tierra estaba seca y no nos resbalábamos, fue un pequeño descanso y podía seguirles el paso a los demás.

Me sentí un poco aliviada pues esperaba que el camino ya fuera un poco más regular, en realidad no sabía lo que era el Trekking hasta ese día. En mi vida solo una vez había hecho Trekking, y ni siquiera sabía que se llamaba así. Fue en tercero de prepa, en un retiro que organizó la escuela y todos mis compañeros y yo fuimos a Ajusco y subimos hasta la parte en donde no se necesitaba equipo especial. En ese entonces yo estaba convaleciente (jajajaja para variar), y uno de mis compañeros que traía muletas me prestó una. Así subí el Ajusco y había sido hasta la fecha uno de mis mayores logros, pues no me raje. Pero creo que la vida y el karma decidieron que era momento de sobrepasar mis propios límites, así que ahora me encontraba ante el reto de recorrer 18 km de una montaña. Yo comenté que se haber sabido no hubiera ido y la chica holandesa me dijo: -cuando lo termines te sentirás muy orgullosa- (se le olvidó decirme, "si es que lo terminas" ...  

 
(En mi pose de Hasta dónde son 18 kilómetros? Falta un chingo!) 

Después del descanso que era caminar por una superficie plana, nos tocaba la parte de subida. Fue un infierno, y aunque resbalar y caer en una subida es menos aterrador, los músculos de las piernas arden, y el trasero también. Sentía cada vez más cansancio y respirar era cada vez más difícil. Escalaba de nuevo agarrandome de lo que pudiera, rocas y ramas. En una subida note que mi pie estaba dentro de una huella de elefante, pero no lo pude fotografiar 😞, no podía perder concentración o podria caerme. En algunos tramos me apoyaba con las rodillas para poder subir, aún tengo los moretones jajaja. 
Aún en las partes planas en ocasiones sentía un poco de miedo, pues el camino estaba cubierto por maleza y no se veía el piso, por lo que sí había algún animal o bichos no los podría ver. Eso me preocupaba, que tal que salía Ka o Shere Khan del libro de la selva! Ni como correr. 😱
A las 11 de la mañana llegamos al lugar designado para el lunch. Todos estábamos muy cansados, parecía que habíamos caminado todo él día, a pesar de que apenas iban 3 horas. Había una pequeña cascada cerca, solo las alemanas se metieron a nadar pero se salieron después de unos 10 minutos, al parecer el piso estaba igual, muy resbaloso e irregular.

Krim, el guía sacó de su mochila una bolsa llena de vegetales para el arroz y con un machete que traía otro guía que andaba por ahí hizo un pequeño recipiente con bambú, para servir los vegetales. Mientras tanto el otro guía, que iba con una alemana que viajaba sola, hacía unos vasos del mismo material. En ese momento me di cuenta de que por fin descubrí la nacionalidad de Mowgli!!! Es Camboyano, seguro! Todo checababa a la perfección. La facilidad con el que estos hombres se manejan en la selva es impresionante. Caminan la montaña casi a diario con sus chanclitas o descalzos y ropa ligera. Hacen sus propios utensilios, identifican los árboles, las huellas etc., se trepan a los árboles y andan descalzos por las piedras de los ríos con gran destreza. Ah y también se encueran de repente jajaja, bueno se quitan la camisa y a pesar de los moscos andan como si nada. 
 
 
 

Comimos y descansamos durante un rato, el guía nos dijo que era momento de partir, veríamos dos cascadas más y se nos unieron el guía y la alemana que iban sin grupo. Después del descanso y la comida me sentía un poco mejor y ya un poco más segura comencé a avanzar más rápido, ya no era la última 😄. 
Llegamos a un acantilado, había que bajar una pendiente súper pronunciada, pero habia un tipo barandal hecho de ramas, había que agarrarse del barandal y apoyarse en el palo de bambú. Después de un tramo, se sentía el agua que salpicaba la cascada, mi cara estaba toda mojada y mientas seguía avanzando todo se veía más húmedo y el lodo comenzaba a darle paso a las rocas. Por fin llegamos a la cascada, rodeada de rocas enormes, parecía la escena perfecta para que yo me cayera y me rompiera algo, o por lo menos me lastimara un pie. Tuve mucho cuidado, ya llevaba medio trayecto sin accidentes y mi meta era salir ilesa. La cascada era impresionante, 60 metros de altura, un lugar en donde no se puede nadar por la corriente la fuerte. 

 
 

Después de la foto regresamos por el mismo camino para ir a ver otra cascada y una gruta. El terreno en esta parte no fue más noble, pues todo el camino eran rocas gigantes y punteagudas, el reto era cada vez más fuerte conforme avanzábamos en la montaña. Al ver el camino hacia la cascada y la gruta pregunte al guía si regresaríamos por el mismo camino para quedarme, y me dijo que no, así que era p'alante o p'alante. 

Vimos la cascada y la gruta, descansamos 5 minutos y seguimos un camino de subida. No sabía qué hora era ni cuánto faltaba para que terminara el recorrido pero escuche al guía decir que habría varias subidas a partir de ahí, pues la aldea en donde nos recogerían estaba en lo alto de la montaña. 

De nuevo caminamos y caminamos, me resbalé un par de veces y me caí de sentón una vez. En este tramo iba justo detrás del guía, hasta adelante, no sé de dónde saqué fuerzas, supongo que era la necesidad de salir de ahí lo antes posible. Al principio me preguntaba quién carajos paga por ir a sufrir de esa manera voluntariamente?! Me decía a mí misma, solo tú haces estas tonterías por no investigar bien. Pero también pensaba que de haber sabido no lo hubiera hecho. Después comencé a notar en algunos tramos que simplemente dejé de pensar y estaba completamente concentrada en el camino y en cada paso. En ese momento me cayó el veinte de por qué la gente hace Treking, el reto simplemente te hace que dejes de pensar, en cierto momento es relajante, pues sólo se piensa en el paso que se está dando. 

Después de un rato llegamos a una parte plana, descansamos un momento, habia una pequeña choza con una familia que nos dejó descansar en unos troncos que tenían afuera. Era el último trayecto de subida. El guía nos dijo que era la última subida, serían 30 minutos y después caminaríamos media hora más sobre terreno plano hacia la aldea. Fue creo que la subida más difícil, aunque quizá solo era el cansancio el que me hacía tener esa impresión, de nuevo me ardían las los músculos de las piernas y el trasero, y no había donde descansar, teníamos que seguir, pero me reconfortaba tanto saber que ya casi era el final, que me puse en modo veloz y subi tan rápido como pude. 

Por fin llegamos a la cima!  (Imaginen por favor el tema de Rocky) Vimos todo el camino plano hacia la aldea. Estábamos tan felices, por fin habíamos terminado, solo faltaba un kilómetro, lo que sumó un total de 19 km de recorrido.  Me sentí muy orgullosa, lo logré y lo mejor, salí ilesa! (Ahora imagínen la canción de We are the champions). 

Llegamos a la aldea en donde nos recogerían y mientras esperábamos tomamos una cerveza para celebrar, mientras platicábamos de lo que acabábamos de lograr. Las plantas de los pies me dolían horrible y me costó trabajo pararme para subirme a la pick up que nos llevaría a los bungalows. 

  
 

Llegamos al Proyecto Mondulkiri para hacer check in. Nos llevaron a nuestro bungalow y me metí a bañar de inmediato. Deseche la ropa y los tenis que había usado. Después salí a la terraza de la habitación para ver el atardecer. Mi amiga Kerry y yo no parábamos de hablar de nuestra travesía. Después fuimos a cenar al comedor del mismo lugar, simplemente no teníamos fuerzas para salir al pueblo. Después de cenar nos fuimos a descansar, pues nuestro transporte salía hacia Phnom Pen a las 7:15 de la mañana del domingo. 

  
 

No hay duda, esta fue la manera perfecta de terminar la aventura en Camboya 😀.  Ahora toca preparar maletas y tomar el avión a Bali. 
De eso les platico después. Mientras tanto les mando mucha luz, buena vibra y felicidad. 





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